Os pongo en aviso de lo que me pasó el pasado domingo porque me llevé un buen susto.
Iba a sacar la perla del parking, dispuesto a ir a casa de mi compadre Jose (el propietario de la MV) para que me echase una manita con el cambio de bieletas (porque tengo ya los tendones hechos mistos desde que cambié el amortiguador), cuando al arrancar la moto, la cual hacía casi un mes que no tocaba, empezó a echar gasolina a chorro.
Dejé el pavimento del parking con un tercio del depósito vertido.
Acojonado llamé a mi colega y le expliqué lo que me había pasado. Dado que no salía gasolina cuando de inmediato la apagué, me dijo, eso es la goma de la gasolina que se habrá roto. Desmonté asiento, levanté depósito y, efectivamente, la goma de la gasolina había partido por la brida metálica que lo fijaba tubo de salida del depósito. Aparte de rota, la manguera estaba cristalizada, dura y cuarteada, por lo que habría sido cuestión de tiempo que se produjese el desenlace. No quiero ni pensar que podría haber pasado en marcha. Se me vino a la cabeza la imágen del motorista fantasma.
Compre manguera de gasolina (2,5€ el metro y medio), la cambié y puse la burra en marcha, no exento de un miedo atroz a salir en llamas. El motor aspiró sin problemas y a la primera. La tuve en marcha para verificar que los terminales no perdiesen gasolina (cosa que todavía me quita el sueño) y ahí quedó el susto.
Moraleja: para motos con la veteranía de la mía (2000), revisión de manguitos.